La Madre

Según Jung, como arquetipo, la imagen de la madre trasciende el plano personal para llegar a uno más colectivo.
Las cuatro categorías que Jung (1954b) definió para el arquetipo de la madre son:
1. Autoridad, sabiduría y altura espiritual más allá del intelecto.
Un sentido totalmente positivo del arquetipo de la madre lo expresan aquellas representaciones alegóricas que identifican a la mujer con atributos como La Justicia o La Filosofía, por ejemplo, en los frescos de Rafael (1508-1511) en las Estancias del Papa en el Vaticano. Además, la mujer ha
poseído en diferentes tradiciones una importante autoridad religiosa. Un ejemplo de este aspecto del arquetipo son las sibilas griegas, que Miguel Angel (1508-1512) pintó en la Capilla Sixtina del Vaticano, contraponiendo estas adivinadoras paganas a los profetas del Antiguo Testamento; o la
Coronación de la Virgen pintada por el Greco (1591-1592).

2. Lo bondadoso, protector, sustentador, lo que da crecimiento, fertilidad y alimento maternal).

3. Lugar de la transformación mágica, del renacer; el instinto o impulso que ayuda.

4. Lo secreto, escondido, tenebroso, el abismo, el mundo de los muertos, lo que devora, seduce y envenena, lo angustioso e inevitable.