Una diosa que mora en el corazón de cada mujer.
Venus, al igual que los demás planetas, es una deidad astrológica, o dicho de una manera más moderna; Venus es un ente luminoso y celeste que contiene un campo mórfico de memoria que influye sobre el comportamiento humano en forma de arquetipo o modelo a imitar, algo que detectaron los antiguos de todas las culturas.
La deidad de Venus se manifiesta en todos los tiempos como modelo o arquetipo femenino, y recibe culto a través de diferentes adaptaciones, distintos nombres y diversos orígenes, se llame Venus, Instar, Tlauizcalpantecutli o la Virgen del Rocío, siempre referidos inequívocamente al planeta Venus.
Según Jung, como arquetipo, la imagen de la madre trasciende el plano personal para llegar a uno más colectivo.
Las cuatro categorías que Jung (1954b) definió para el arquetipo de la madre son:
En la fábula griega, Afrodita no tiene madre, no tiene relación alguna con la madre, dos de los tres modelos de Venus son ajenos a la maternidad y la vida doméstica. Venus es una diosa independiente, no nace de una madre, no tiene hermanos, solo tuvo marido y amantes.